La enfermera acudió rápidamente al lugar que le habían indicado, pero nada más se supo de ella. Su cuerpo no fue encontrado y tampoco había signos de ningún accidente, por lo que las historias más fantásticas comenzaron a tejerse: que había sido víctima de una secta satánica dedicada a los sacrificios humanos, que había desaparecido tras cometer un crimen e inventar la historia del accidente, que había aprovechado la confusión para huir con botín perteneciente a la comunidad. Poco después de su desaparición comenzaron los avistamientos del fantasma, en forma de una mujer de apariencia nostálgica que se sienta o camina al costado de la carretera, o de improviso se presenta a los aterrorizados conductores en el asiento del acompañante.
Es de notar la similitud con la desesperada madre de la carretera en el Uruguay, y varias mujeres del camino de otras leyendas, como la de la joven de la curva. También, la persistencia de la enfermera como vínculo entre los diferentes planos astrales y protagonismo en el vasto mundo de las leyendas.
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