México supera a muchos casos relacionados con objetos poseídos. En un artículo anterior ya comentamos más profundamente la isla de las muñecas, situado justo al sur de la Ciudad de México, hay una pequeña isla con muñecas antiguas, mutiladas colgando de los árboles. La historia dice que Don Julián Santana se mudó a la isla como un ermitaño y fue perseguido por el espíritu de una niña que se ahogó. Santana sacaba las muñecas que encontraba en el canal y las colgaba como un santuario para que el espíritu de la niña que parecía estar obsesionada. El sobrino de Don Julián lo encontró muerto en la isla en el mismo sitio donde la niña había muerto ahogada. La isla es ahora una atracción turística, y los visitantes dicen escuchar las muñecas susurrando, además de afirmar que los ojos de las muñecas se abren y se cierran misteriosamente.
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